688 páginas
B de Books, 2016
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Sinopsis:
Richard Arlington abandonó el Servicio Secreto inglés cuando tuvo que asumir el título de Duque tras la muerte de su hermano mayor. No echaba de menos aquella vida y no deseaba volver a ella, pero cuando su hermano menor, Charles, es asesinado, no le queda más remedio que hacerlo.
Charles murió mientras investigaba la posibilidad de que un pintor español fuese «la Sombra», uno de los espías más activos y sanguinarios de los últimos tiempos. Richard deberá descubrir la verdad, a pesar de su relación con Ana, la hija del pintor, a la que conoció en Madrid varios años antes y a la que nunca ha olvidado...
Por su parte, la vida de Ana nunca fue fácil. De familia humilde, el ascenso de su talentoso padre en una Corte española socavada por las intrigas, solo les deparó problemas. Conoció a Richard en un momento difícil, cuando tenía el corazón roto por su primer amor. Luego, ya no pudo apartarlo de sus pensamientos.
El reencuentro de ambos y los sucesos siguientes envueltos en un entramado de pasiones, intrigas, sospechas y reproches, será el principio de un largo camino, complicado y oscuro.
Sin embargo, no se puede luchar contra los impulsos del corazón.
Opinión personal:
Admito que me ha costado muchísimo hacer la reseña de este libro por culpa de mis gustos personales. Soy una lectora de romántica histórica muy tradicional y Trazos Secretos es una novela muy intensa en la que los protagonistas viven una de las relaciones más tormentosas y complicadas que he leído en mucho tiempo y que en más de una ocasión ha logrado sacarme de mis casillas con la actitud de sus personajes.
Ana es una joven que trabaja como asistente personal de su padre, Eugenio Cruz-Ortega, un afamado pintor del que ha heredado su talento con los pinceles. Consciente de la precaria salud de su progenitor y a pesar de que no le faltan pretendientes, la española ha renunciado a formar su propia familia para cuidarlo durante los años que le resten de vida y disfrutar de su compañía acompañándole en sus viajes.

Richard Arlington es un noble inglés que tras la muerte de sus hermanos en trágicas circunstancias, retoma su trabajo como espía al servicio de la Corona británica. Su próxima misión es dar caza a «la Sombra», el hombre sobre el que recae la sospecha de ser un peligroso espía español y posiblemente el asesino de uno de sus hermanos.
Ana y Richard son conscientes de que son enemigos y lo tienen todo en contra para que su amor llegue a buen puerto: pertenecen a mundos totalmente opuestos y sus ideas chocan de forma continua. Sienten una atracción tan poderosa que no pueden vivir separados, pero juntos, son una auténtica bomba de relojería, por lo que entre ellos se establecerá una peligrosa relación de amor-odio repleta de altibajos. La sospecha de una traición planea constantemente sobre sus cabezas y las mentiras y la desconfianza marcarán su destino en una relación en la que prácticamente no existe un momento de tregua.

Alabo el trabajo que ha hecho la autora para crear sus personajes principales, ambos de carácter extremadamente fuerte y con una voluntad difícil de doblegar. Richard es un personaje muy complejo; por un lado su sangre inglesa lo convierten en un caballero atractivo, instruído y con una personalidad arrolladora, pero por otra parte, los años que ha vivido en el exótico y lejano país de Kaifar, del que su primo es sultán, dejan al descubierto su vena más autoritaria y machista que, con algunas de sus decisiones, me ha generado más de un disgusto.

En Trazos secretos se conjugan amor, piratería, espionaje, aventuras, traiciones, venganzas... es una historia que no deja indiferente al lector y que arriesga llevando en ocasiones su historia romántica a situaciones límite. Es un libro capaz de provocar al lector y de plasmar con acierto el sufrimiento de sus personajes, señal inequívoca de que su autora ha logrado su propósito.