424 páginas
Autopublicado, 2018
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Sinopsis:
Los Ángeles, julio de 2018.
Tessa Britton, una stripper de un club de Los Ángeles, está preocupada porque su amiga Katya ha faltado a clase de baile y tampoco contesta al teléfono. Al acudir a su casa, descubre su cadáver, junto con el de un misterioso hombre tatuado.
Cuando la detective del LAPD Elizabeth Delgado, que lleva de baja casi un año, llega al escenario del crimen, el agente Michael Poulsen, del FBI, le comunica que la víctima es hija de Luka Maksimov, un líder de la mafia rusa que no dudará en enviar a un asesino a la ciudad para vengar su muerte.
En un caso en el que cada uno convive con sus propios demonios, Tessa parece tener todas las respuestas.
¿Era Katya el objetivo o la han asesinado para hacer daño a su padre?
La guerra en Los Ángeles no ha hecho más que comenzar…
Opinión personal:
Gracias a una recomendación de la web Escaparate Literario he podido disfrutar de una novela que difícilmente podré olvidar en mucho tiempo. En el primer capítulo, un asesinato dará el escopetazo de salida de una historia impactante y que representa una clara invitación a lo que le depara al lector si decide continuar con ella: una novela de la que, advierto, resulta difícil desengancharse hasta el final.

Además de investigar el asesinato de Katya, los detectives estudian la posibilidad de que esa muerte desencadene una peligrosa guerra entre mafias. El caso llega en un momento crítico en la vida de Isabel, que debe llevar a cabo un gran ejercicio de autocontrol para mantener a raya todos los fantasmas del pasado que la han tenido apartada del Cuerpo durante meses.

La historia está narrada en tercera persona y cada capítulo se centra en uno de los personajes. Con algunas novela siento que soy una simple espectadora de todo lo que sucede en la historia pero con Zed está muerto no ha sido así. He sentido que formaba parte de ella y que estaba en cada uno de los escenarios donde transcurre, al lado de los personajes, sintiendo y padeciendo con ellos su dolor, su impotencia, la desesperación, la angustia y sobre todo miedo, muchísimo miedo... Ha sido genial tener esas sensaciones y ha hecho que disfrute de esta lectura a otro nivel.
El ritmo de esta novela es vertiginoso, no da tregua al lector y aunque el desenlace queda resuelto -y de qué manera!-, me veo en la obligación de desear con todas mis fuerzas que la autora se plantee en un futuro una posible segunda entrega. De lo que no me cabe la menor duda es que imaginación no le falta para poder brindarnos una nueva aventura con algunos de sus protagonistas.