Romance histórico
Saga Los escoceses #3
122 páginas
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Escocia, año 1226
Margaret, la mujer de Logan, el laird de los Mackenzie, ha aparecido muerta de manera inesperada hace pocas semanas y ahora él se está volviendo loco. Hasta tal punto, que su segundo al mando, Graham, lo mantiene encerrado en su habitación esperando que recupere la cordura.
William Douglas, buen amigo de Logan desde hace muchos años, se entera de lo que ocurre y decide viajar hasta las tierras de los Mackenzie acompañado por Amy, la sanadora del clan Douglas y de su marido Aidan, para ayudar a Logan en lo que puedan.
Pero cuando llegan allí se dan cuenta de que la situación es peor de lo que habían imaginado, porque ni la locura de Logan ni la muerte de su mujer parecen estar producidas por causas naturales.
Afortunadamente, además de la envidia, los celos y una ambición sin límites, en el clan de los Mackenzie ha florecido un amor profundo, sincero y puro que eclipsará todo lo demás.
Opinión personal:
El planteamiento inicial de esta novela resulta original: arranca con la investigación de un posible asesinato en un castillo de Escocia, durante el siglo XIII.
Los encargados de intentar esclarecer el suceso, que ha dejado a un laird sumido en un estado de enajenación mental tras la muerte de su esposa, son Aidan y Amy, miembros del clan de los Douglas.
Es una novela entretenida, con una narración sencilla y directa, que a pesar de pertenecer a uno de mis subgéneros favoritos, no la logrado conquistarme. Cuando arranca la historia, Aidan y Amy ya llevan una vida en común desde hace tiempo y por tanto, no hay factor sorpresa en su historia romántica.
Por otro lado, la historia de amor que transcurre en el castillo de Dingwald y que tiene como protagonista al laird Logan Mackenzie es meramente circunstancial y transcurre sin pena ni gloria, por lo que mi expectativa de encontrar una historia que combinara amor y suspense, no se ha visto cumplida.
En parte, entono el mea culpa por haberme lanzado a su lectura sin haber leído los libros anteriores de esta saga, donde intuyo, hubiera conocido la historia de amor de Aidan y Amy.

Es una novela entretenida, con una narración sencilla y directa, que a pesar de pertenecer a uno de mis subgéneros favoritos, no la logrado conquistarme. Cuando arranca la historia, Aidan y Amy ya llevan una vida en común desde hace tiempo y por tanto, no hay factor sorpresa en su historia romántica.

En parte, entono el mea culpa por haberme lanzado a su lectura sin haber leído los libros anteriores de esta saga, donde intuyo, hubiera conocido la historia de amor de Aidan y Amy.
El rol que juega cada uno de los personajes es un tanto extraño. La historia se centra en Logan, pero no se puede decir que este sea el verdadero protagonista de la novela, ya que es Amy la que acapara todas las miradas, gracias a su habilidad como sanadora y para desentrañar misterios.
No estamos ante una trama compleja y todo se resuelve sin sobresaltos, pero es que su breve extensión no deja margen de maniobra para mucho más. El lenguaje que utilizan sus personajes es quizás demasiado actual para el siglo en el que transcurre y aunque es algo personal, el hecho de que en los diálogos se alterne el tuteo con el voseo y el ustedeo, me pone un poco nerviosa siempre.